Por otra parte sustentando bajo la corriente funcionalista en que la sociedad es vista como una entidad orgánica donde la causa de un órgano surte efecto en el miembro de otro, la "salud" de la sociedad depende de la integración de sus partes en el conjunto. Desde ésta concepción las sociedades disponen de mecanismos propios capaces de regular los conflictos y las irregularidades; Por tanto podríamos entender la sociedad como un "organismo", un sistema articulado e interrelacionado, en que se deben desdibujar algunos paradigmas que apuntan a que alguien externo al “organismo” (papel tradicional del estado) deba ser el que controle la gestión pública y afianzar la dominación política, debe ser el sujeto el generador de espacios y procesos, dejar de ver al actor social como objeto o instrumento sino como gestor de su propio desarrollo.
Si bien es cierto que por mas que los seres humanos compartamos la misma cultura es absolutamente comprensible que cada individuo es totalmente diferente, y que de ello también puede implicar una ganancia para la organización social, ya que de acuerdo a la especialidad en los individuos representa su forma de intervenir en los diferentes ámbitos, puede ser político económico y administrativo, de manera que las comunidades se pueden agrupar en torno a sus intereses a través de procesos participativos, evocando un poco las corrientes marxistas si existe una lucha de clases por la igualdad de condiciones, la conducta de la sociedad será inherente a sus resultados (capital) de aquí radica el carácter táctico del rol del trabajador social como educador siendo éste parte también del proceso; “La realidad va decidiendo los modelos de la acción social, que más allá del Trabajo Social, surgen de los sujetos históricos que los plantean como problema que deben resolver trascendiendo lo individual, tan arraigado en los pueblos de origen latino, desde el grupo como espacio estratégico, estructurando redes de identificaciones. Ya Alain Touraine había señalado en su Sociología de la Acción que el actor social es un sujeto colectivo.
Para concluir, no se trata sólo de constreñirnos con estructuras rígidas de caso, grupo y comunidad, que si bien es cierto han sido de sustento teórico en buena parte de la historia del trabajo social y muestra de la sistematización en el ejercicio profesional, se debe tener en cuenta como dice Edgar Morin, “la misión del método, es invitar a pensarse a sí mismo en la complejidad, ya que todo conocimiento implica un acto de construcción y una reflexión sobre la actividad de un sujeto relacionado a un objeto y ambos mutuamente modificarse y complementarse”.