sábado, 6 de diciembre de 2008

“Pintando Ilusiones con la Luz, El Poder de Fotografiar Corazones”

Por: Camilo Andrés Acosta Hermosa

Pintando Ilusiones con la Luz es un curso donde tomar fotos fue aprendido con amor, el taller se realizo de junio a noviembre del año 2007 con los pacientes de la Fundación Eudes del Hogar Tonel en la capital de Colombia, desarrollándose con personas enfermas de VIH-SIDA que requiere de cuidados paliativos y en su mayoría tienen segundas enfermedades de alto riesgo; un taller fotográfico que nos pone a pensar sobre la prevención del VIH-SIDA.

Los enfermos terminales de SIDA, son acogidos por la Fundación Eudes, que ha venido manejando esta problemática de orden social y de salud publica desde hace 20 años (1.988) contando con 12 Casas Hogares en Colombia y dos a nivel internacional, además de los servicios paliativos que brindan en sus casas hogares, la Fundación Eudes hace procesos pedagógicos en cuanto a la promoción y prevención del VIH-SIDA en sectores en donde hay un alto grado de vulnerabilidad.

La fundación Eudes por medio del fomento de talleres para sus pacientes adopta el taller “Pintando Ilusiones con la Luz”, pretendiendo que a través de exposiciones y difusión por otro tipo de medios, se de a conocer socialmente los esfuerzos y potencialidades de los enfermos cero positivos; de manera que se inicie una cauterización social y una disminución del rechazo a los portadores de la enfermedad, de forma que desmitifiquen muchos aspectos que existen socialmente alrededor del VIH-SIDA por el desconocimiento que aun pernea en nuestra población actual.

La iniciativa de este trabajo, se da por la necesidad de crear nuevos talleres para los asistentes del Hogar el Tonel, el aliento del taller se basa en el querer hacer las cosas bien hechas, se tiene como propósito final acercar a las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC´S) a personas que no tenían la oportunidad de gozar de su uso y sobre todo, que las ven como elementos casi imposibles por su posición socio-económica y por el grado avanzado de su patología.

Los enfermos con VIH-SIDA no dejan de ser seres humanos con expectativas, afectos, sueños y derechos, lo cual no por adquirir el virus se le debe relegar al aislamiento y morir en vida por los cuestionamientos y prejuicios que aun obstruyen la aceptación y vivencia armónica con la enfermedad.

Si logramos desarrollar una verdadera conciencia alrededor de VIH-SIDA conseguiríamos facilitar la labor de prevención y promoción de los cuidados que se debe tener, logrando la disminución del índice de las personas infectadas y lo más importante, derrotar el virus por medio de pedagogía afectiva y activa, lo que explicaría que ninguna vacuna o retrovirus dará la tranquilidad personal.

Pintando Ilusiones con la Luz, es un taller que brinda la posibilidad de crear, imaginar, soñar y porque no decirlo volver a vivir; fue un programa de cuatro horas semanales, con la coordinación de los profesionales Camilo Andrés Acosta Hermosa (Comunicador Social – Periodista) y Luz Helena Cañas Cañas (Trabajadora Social), los cuales dedicaron tiempo desinteresado por la motivación de desarrollar nuevas perspectivas de trabajo con enfermos de SIDA que requieren cuidados paliativos, de lo cual se dio como resultado un trabajo teórico práctico utilizando herramientas digitales y tradicionales con la aplicación de la imaginación desbordada de cada uno de los asistentes.

Hay que resaltar que este taller se desarrollo por medio de la Investigación Acción Participativa (IAP) lo que indica que los asistentes desarrollaron las ideas y los trabajos fundamentales del producto, desde escribir guiones, maquillaje, actuación y sobre todo convertirse en fotógrafos de su fotonovela “Tengo VIH-SIDA y vivo en FAMILIA”.

La fotonovela fue la herramienta seleccionada en grupo, ya que se tomo como reto y objetivo común, permitiéndole relucir las mejores cualidades de cada uno de los asistentes, el trabajo consintió en elevar los sentidos visuales, creativos, físicos, emocionales en grupo a su máxima expresión hasta el punto que nacieran nuevas metas en la vida de cada uno de los alumnos.

El guión cinematográfico es aquel que describe aquello que se mostrará y escuchará en una obra cinematográfica, típicamente una obra de ficción; no rígidos a lo que dice el argentino Gabriel de Quigión, puesto que no seguimos su postulado como norma teórica. Ciertamente se establece en un punto de equilibrio entre la fuerza creativa de literatura y la del séptimo arte. De igual modo que hay guiones que se convirtieron en novelas como 2001, una Odisea del Espacio de Arthur C. Clarke son multitud los ejemplos de novelas que se transforman en guiones y luego en películas o series televisivas (desde El Quijote hasta Harry Potter o El señor de los anillos). El resumen más simple podría indicar que un guión es un texto escrito concebido desde su origen para transformarse en imágenes. Cierto es que, como indica Jean Claude Carrière, coguionista habitual de Luis Buñuel, el guión se halla más próximo a la imagen, al director, que a la forma escrita, al escritor.

Para desarrollar nuestro guión buscando tapar las únicas autorías y que no fuera propiedad de uno o de otro nos propusimos hacer un trabajo en donde todos los pacientes participaran de la misma manera con similares gustos, pero todos al tener misma patología pero experiencias de contagio y exclusión social diferente decidimos enmarcarnos en generalizar materiales de las historias de vida en referencia a la familia nuclear.

Al involucrar el proceso de división por escenas y las acciones de los personajes realizadas en fotografías, todas deberían tener la pretensión de ser un documento visual con una misión especifica, la cual tenia que ser más explicita que el simple reflejo de ojo al verla, ser mas cautivante que un minuto de un plano abierto y más diciente que un flas back del mismo espíritu, buscaríamos que las imágenes tuvieran el mismo peso que las palabra para poder equilibrar el sentido del análisis con el de las percepción, diciendo así que una fotografía se convirtiera en una figura literaria y el texto reaparece como imagen.

Al permitirnos la creación y diseño de un producto multimedia, basado en el texto y el grafico en los que la concordancia de la combinación de dichos lenguajes y en los que se utilizó los más variados recursos y herramientas para la elaboración de la fotonovela. Se estudiaron aspectos como diseño gráfico y composición visual, el color, la función y fusión de las imágenes y del sonido, así como los rasgos y desarrollo de la animación en dos dimensiones. También se abordó la organización y jerarquización de contenidos. Se trato de que los pacientes se acercaran y pudieran emplear las herramientas y recursos visuales necesarios para la construcción de proyectos digitales que se difundan a través de internet con el fin de una prevención y promoción del VIH-SIDA.

La experiencia nos permitió tejer imaginarios sociales de los enfermos por cada puntada del guión, las fotos no son eventos creados en la ficción de los investigadores, sino vivencias recreadas por los pacientes que nos permitimos sensibilizar un diálogo entre personajes y el guión como si cada uno fuera un libretista de la historia por el grado de reconcomio que se llego a dar.

Las breves descripciones del entorno en el que se dio el acontecer de la historia se quedo corto con la descripción de los espacios que contaba cada uno de los pacientes, reflejaban en sus palabra la atmosfera, los colores y hasta la intencionalidad que debería tener el espacio donde pulula la enfermedad del VIH-SIDA; las limitaciones físicas más no mentales permitieron ser unos verdaderos directores de arte al fingir los espacios, los planos y los efectos fotográficos, con solo explotar la imaginación.

“Un buen guión literario tiene que transmitir la información suficiente para que el lector visualice la película” (Bou Bouzá, Guillem, El guión multimedia, Anaya Multimedia, Madrid, 1997), en nuestro caso cómo transcurre el diálogo entre dos esencias artísticas nos obliga a pensar cada detalle, actúan las fotografías como personajes y los textos son objetos que interactúan sin especificar los pormenores de la producción, consumen cada detalle, cada finalizado y cada combinación a un guión técnico, que describirá pormenorizado cómo la cámara fotográfica va a captar toda esa información, para volverse comunicación; ardua tarea para unos pacientes que en su etapa terminal toman una cámara por primera vez para disparar obturadores cargados de ilusiones.

Aunque parece un invento más o menos reciente, los talleres fotográficos que hoy pululan por todas partes como universidades, fascículos, libros, revistas y por supuesto Internet, tienen su origen en los cafés y compañías de cervezas departidas entre amigos, esas reuniones que en los siglos XVIII y XIX, se celebraban en torno a uno o varios maestros para departir ideas de bohemia y poesía tildadas de básicas; robadas muchas de ellas esencialmente por creídos y falsos eruditos de imaginación, intercambiadas por gitanos y palabreros en información con tintes populares y que no llegaban ni ha ser opinión sobre temas literarios ni artísticos, discutir los problemas técnicos de la escritura y la fotografía en uno solo, es no solo leer en voz alta los propios textos de los asistentes que se atrevían a dibujar cualquier elemento con el fin de someterlos a la crítica sino de apreciar cada uno de sus detalles que no creyeron que se vincularían con tal importancia que en el siglo XXI permitieron dar a expresar sensibilidades por de la hermandad de una foto con el texto.

Existe una máxima incontestable en el mundo del cine: un buen guión no garantiza una buena película, pero sin un buen guión no puede haber una buena película; y un corolario complementario: un mal director puede estropear un buen guión pero ni el mejor director salvará un mal guión (quizá con la sublime excepción del trabajo mexicano de Luis Buñuel).

Solo podemos decir que un trabajo como el que hicimos nos recordó la facultad de estar vivos, la de percibir estímulos externos e internos a través de los sentidos expresándolos en cada marca fotográfica que se lanzaba en “PINTANDO ILUSIONES CON LA LUZ, EL PODER DE FOTOGRAFIAR CORAZONES”